jueves, agosto 23, 2007

Vacaciones

Recién llegado de vacaciones, me parece oportuno hablar sobre el por qué tenemos días de descanso, quién decidió cuándo transcurrirían, y desde cuándo nos vamos a la playa o a la montaña de turismo.

Orígenes de las vacaciones

Originariamente, los días de descanso venían dados por festividades religiosas o ciclos naturales. Mientras la población ha sido mayoritariamente rural, el mayor período de descanso (que coincidía casi siempre con celebración de festivales) ha sido después de la cosecha, en un período que varía según el lugar y los tipos de cultivo, entre Agosto y Diciembre.
Los primeros desplazamientos debidos a celebraciones eran peregrinaciones a centros religiosos (el Oráculo de Delfos, la Meca, el Templo de Mahabodhi, Camino de Santiago, etc.), o eventos culturales, como las Olimpiadas, y se hacían muy pocas veces en la vida. Ya en estos viajes era común traer "souvenirs" de vuelta a casa. A finales de la Edad Media surgen los primeros establecimientos conocidos como "hoteles", creados para dar alojamiento a personajes importantes que se desplazaran con todo su séquito. Las clases pudientes, además, solían tener una villa o palacio como residencia alternativa, muchas veces cerca de la costa, donde el clima era suave. Algunos lugares empezaban a destacar como destinos turísticos, como Baiae (Italia) en la República Romana.

Edad Moderna: Turismo a la inglesa

Es en el siglo XVI cuando empieza a nacer el interés por viajar y explorar nuevos lugares. En Inglaterra, se hace costumbre entre la aristocracia enviar a los hijos durante un "Grand Tour" (de ahí la palabra "turista") de varios años con el fin de completar su formación y vivir nuevas experiencias. Es también de esta época el renacer de las termas (convertidas ahora en centros termales apartados de las ciudades) y las playas, donde primero se desplazaba la realeza inglesa (Weymouth, Brighton, etc.), para después extenderse a las clases altas por puro deseo de imitación. El renovado interés por disciplinas como la botánica, arqueología o paleontología dieron lugar a la afición por el excursionismo durante los meses de primavera y verano.
El siglo XIX ve la revolución de los transportes y la aparición de líneas de ferrocarriles y buques transoceánicos que facilitan y abaratan los grandes desplazamientos para la nueva burguesía, más mayoritaria que la antigua aristocracia, y también con dinero y tiempo libre para gastar. Se generaliza el turismo de salud, y a las playas se le une la montaña: es la época del senderismo y los sanatorios. Surgen las primeras iniciativas empresariales, casi todas inglesas, relacionadas con el turismo: la primera agencia de viajes "Cox & Kings" (1758), la primera compañía transoceánica "Black Ball Line" (1818), el primer viaje organizado por Thomas Cook (1841), los primeros cheques de viajero por "American Express" (1891) y los primeros hoteles de confort por César Ritz (1898).
También fueron ingleses los que, buscando una nueva temporada de ocio, iniciaron el turismo invernal en los pueblos suizos de Zermatt y St Moritz en 1864, donde se crean las primeras estaciones invernales. Este hecho coincide (no casualmente) con la invención del esquí moderno por Sadre Norhein (1825) y su técnica del "telemark".

Turismo moderno

Es a partir de los años 50 cuando se produce el "boom" turístico en el mundo Occidental, gracias a la estabilidad política, la elevación del nivel de vida, la generalización de automóviles asequibles y la urbanización de la sociedad (que genera una nueva cultura del ocio basada en escapar del "stress" de la vida cotidiana). Es también ahora cuando se produce una masificación del turismo: primero la escapada con vehículo a la costa, y después, con la aparición del avión a reacción, los paquetes turísticos estandarizados a destinos exóticos. En los años 60 se legislan todos los aspectos del turismo (seguros, derechos del viajero, vacaciones pagadas).
A partir de los 80 entramos en el turismo moderno, diversificado en varios tipos diferentes (turismo cultural, rural, de salud, de riesgo), caracterizado por la liberalización e internacionalización de las grandes compañías turísticas y el libre intercambio de personas en la Unión Europea. También aparece recientemente la figura del "backpacker", o turista independiente con pocos recursos, y las compañías de vuelos de bajo coste. Esto está generando últimamente una nueva concepción del turismo basada en la libertad y el "hazlo tú mismo", en un mundo donde los individuos ya poseen la formación y el poder para hacerlo así.