Es interesante ver cómo los títulos nobiliarios en Europa Occidental han cambiado su significado a lo largo de la Historia. Algunos con origen tan antiguo como el Imperio Romano, durante la Edad Media han adquirido su sentido ligado a la propiedad de la tierra. Actualmente los títulos son meramente honoríficos.
Duque
El título de duque es tradicionalmente el de más alto rango. La palabra viene del latín "dux", que significaba "comandante militar", y era empleado tanto por romanos como por germanos para referirse a sus líderes guerreros. En el ejército romano, un dux era un general al cargo de dos o más legiones, que normalmente gestionaba el gobierno de una provincia (tanto civil como militar). Con el Imperio Romano, los poderes del dux fueron limitados a los estrictamente militares, dependiendo del gobernador (normalmente un "comes") para hacer uso de ellos. En Bizancio, los dux se convirtieron en virreyes a la cabeza de todos los servicios administrativos y militares.
Durante la Edad Media, los duques pasaron a ser el título nobiliario más cercano al rey, y su función era esencialmente militar, aunque con un aspecto territorial, ya que ejercían su poder en un conjunto de condados. Por supuesto, existen variaciones en el sentido de los duques en cada reino. Los duques francos eran los nobles de más rango, de donde salieron los gobernadores de provincias, aunque también aparecen liderando expediciones militares lejos de sus ducados. Más tarde, Carlomagno reestructuró administrativamente su reino multiplicando el número de condes, y disminuyendo el de duques, limitándolo a los nobles más cercanos a él. En España e Italia, los duques visigodos y lombardos, respectivamente, eran los mayores propietarios de la tierra y, junto con los obispos, elegían al rey de uno entre ellos. Aunque nominalmente eran leales al rey, el concepto de la monarquía era nuevo para ellos y los duques actuaban independientemente de la autoridad real, especialmente en Italia central y meridional, donde el duque de Spoleto y el de Benevento eran auténticos soberanos. También en Alemania los ducados eran reinos independientes dentro del Sacro Imperio, y en Italia, los "doges" eran los jefes de estado de algunas repúblicas de la península (Génova, Venecia). En tiempos más modernos, aparecen variantes del título (Conde-duque en España, Archiduque en Austria) para designar a la cabeza del Estado.
Conde
Etimológicamente proviene del latín "comes", que significaba compañero o delegado del emperador durante el Imperio Romano. Su origen está en los personajes que rodeaban a Augusto ("amici Augusti"), normalmente elegidos entre los senadores, que cuando viajaba se convertían en "comites Augusti", siendo su papel solamente el de consejeros personales. Desaparecieron con Alejandro Severo y Constantino los volvió a crear, esta vez designando a los fieles del emperador, que formaban una categoría superior a los funcionarios regulares. Tenían un cargo político-administrativo, con funciones militares sobre todo en la defensa de las fronteras.
Durante los reinos germánicos, los condes pasaron a ser designados por un dux o el rey. Se daba indistintamente el título de conde a todos los funcionarios de su entorno, uno de entre ellos, el conde palatino ("comes palatii"), estaba encargado de administrar justicia dentro del palacio. Algunos compañeros de armas de los príncipes francos merovingios tomaban el título para la administración de ciudades. Es en estos tiempos cuando comienzan a tener funciones fiscales, militares y judiciales. Las funciones militares nunca dependían de un ejército móvil, sino asentado en un territorio (condado). En el condado, rivalizaba principalmente con el obispo (éste último en su diócesis) por el uso del poder. Con Carlomagno, a los condes se les asignaba una misión precisa (militar o administrativa) con carácter temporal, y nunca hereditaria. Es a partir del siglo IX cuando los condes comienzan a formar una clase de terratenientes, al usurpar los derechos reales sobre la propiedad de los condados que gobernaban. El título de conde también era a menudo otorgado por el monarca como gratitud a un servicio especial, sin llevar necesariamente acompañado un territorio feudal. En Inglaterra, existe el equivalente "Earl", término procedente de Escandinavia.
Marqués
El título original viene del alemán "markgraf" (literalmente "conde de la marca"). Durante la Alta Edad Media, y sobre todo en el Imperio Carolingio, se trataba de un conde que administraba un territorio fronterizo (marca). Para permitirle reaccionar con rapidez ante posibles ataques, se le otorgaban poderes militares especiales para dirigir el ejército sin el permiso expreso del rey. Es esta autoridad la que posteriormente le ha conferido una jerarquía superior a la de conde, pero inferior a la de duque, ya que éste ejerce una autoridad militar y judicial sobre varios condados. Tras la caída del Imperio Carolingio, el título de marqués cayó en desuso, salvo ciertos condes que se autoproclamaron marqueses para adquirir mayor importancia (tal es el caso del conde de Barcelona, que justificaba esta acción al encontrarse en frontera con los reinos musulmanes de Hispania). En tiempos modernos resurgió como nombre honorífico.
Barón
Etimológicamente proviene de una mezcla entre la palabra franca "baro" ("guerrero") y el vocablo anglo "beorn" ("noble"). Desde la Edad Media, designaba a aquellos que habían obtenido privilegios directamente del rey por un servicio militar, justo por encima del título de caballero. Según el país el significado era diferente: En Francia se requería para ser barón el poseer al menos dos castillos. En España se designaba barón a los ricos-hombres y magnates que participaban en sesiones políticas. En el Sacro Imperio, todas las familias de la baja nobleza pasaron a tener rango de barón (distinguido con el prefijo "von"). El rey inglés Enrique II hizo la distinción entre grandes y pequeños barones. A partir del siglo XVI, el baronato pierde su relación con la propiedad de la tierra, pasando a ser un título nominal.
sábado, marzo 24, 2007
lunes, marzo 12, 2007
Teatros de sombras
El teatro de sombras es tal vez el arte escénica más antigua de la Historia. Se basa en la proyección de marionetas articuladas delante de un fondo iluminado, provocando sensación de movimiento. Durante miles de años ha divertido y enseñado a humildes y a aristócratas, especialmente en Asia, donde se originó.
China: Poesías y romances
Según la leyenda, el teatro de sombras chino data de la dinastía Han (ss. III aC-III dC), cuando un emperador había perdido a su concubina favorita. Un monje taoísta utilizó una sombra para evocar la forma de una figura femenina, que el emperador creyó su amante resucitada. Lo que sí es cierto es que en tiempos de la dinastía Tang (ss. VII-VIII), ya era un entretenimiento popular muy extendido en las provincias de Shanxi, Shaanxi y Hebei, para llegar poco después a Beijing. En el período Ming (ss. XIV-XVII) dejó de ser entretenimiento exclusivo de las clases bajas para pasar a la aristocracia y la familia imperial.
En China, las figuras eran pequeñas y estaban hechas de papel o cuero. Un titiritero las manejaba con tres varillas (una para la cabeza y una para cada brazo), y ponía la voz de todos los personajes mientras una pequeña orquesta acompañaba las escenas dramáticas (sobre todo con muchos "gongs"). Existían cuatro tipos definidos de personajes: hombres (sheng), mujeres (dan), rostros pintados (jing) y payasos (chou), cada uno de ellos con una simbología y función concreta.
Aunque el género dio lugar a muchos estilos regionales, la temática era esencialmente la misma: enseñanzas budistas al principio, para pasar a romances y cantos épicos (muy famoso era el referente a Liu Bang y Xian Yu, ver post anterior).
India: Mediador entre los hombres y los dioses
No se sabe a ciencia cierta si el teatro de sombras que se dio en la India, Tailandia e Indonesia procede de China o tuvo una evolución independiente. Existen grandes diferencias, como el tamaño de las marionetas (en India era normalmente humano, pero el tamaño mostraba el rango social del personaje), y su menor capacidad de articulación. Los materiales usados eran de color y translúcidos, dando un aspecto mucho más colorido e irreal.
Este efecto onírico tal vez haya influido en su significado final. En la región índica, el teatro de sombras era el principal medio de expresión de lo sobrenatural, muy usado para la difusión de la literatura mítica hindú, el Ramayana y el Mahabharata. Las representaciones llegaban a ser consideradas como ritos con el poder de traer la lluvia y curar a los enfermos y poseídos.
En la India, el oficio de marionetista era algo hereditario, y casi sagrado. Familias enteras de titiriteros ambulantes se encargaban de la construcción de marionetas y representación de las obras, siendo vistos como una especie de sacerdotes. Actualmente el teatro de sombras indio está en plena regresión, excepto el Wayang Kulit en Java, que goza de un estatus oficial de protección.
Turquía: Sátira política
Posiblemente traído a Persia y Oriente Medio por las conquistas de Gengis Khan, el teatro de sombras turco tiene influencias del chino. Sin embargo, por su intenso colorido, se acepta comúnmente que viene del antiguo Egipto y de Java, con influencias de la filosofía griega.
Los personajes representados evolucionan hasta tener una simbología muy definida, apareciendo los mismos en todas las obras. Destacan Karagoz y Hacivat (el uno son su sentido común y el otro con su cultura), la cortesana Sitt al Husyn (que representa el amor) y el médico Mustafá (que simboliza el poder y la corrupción). El sentido era principalmente satírico y didáctico.
Descrito más antiguamente por Ibn Danyal en El Cairo, durante el siglo XVI se difunde por el Imperio Otomano. Allí gozaba de gran popularidad, especialmente en los cafés turcos durante el mes de Ramadán y en fiestas musulmanas. Sin embargo, pocas veces tenía un significado religioso, sino que reflejaba problemas sociales de actualidad, siempre desde una perspectiva humorística. Era, digamos, el periódico cotidiano de la época.
China: Poesías y romances
Según la leyenda, el teatro de sombras chino data de la dinastía Han (ss. III aC-III dC), cuando un emperador había perdido a su concubina favorita. Un monje taoísta utilizó una sombra para evocar la forma de una figura femenina, que el emperador creyó su amante resucitada. Lo que sí es cierto es que en tiempos de la dinastía Tang (ss. VII-VIII), ya era un entretenimiento popular muy extendido en las provincias de Shanxi, Shaanxi y Hebei, para llegar poco después a Beijing. En el período Ming (ss. XIV-XVII) dejó de ser entretenimiento exclusivo de las clases bajas para pasar a la aristocracia y la familia imperial.
En China, las figuras eran pequeñas y estaban hechas de papel o cuero. Un titiritero las manejaba con tres varillas (una para la cabeza y una para cada brazo), y ponía la voz de todos los personajes mientras una pequeña orquesta acompañaba las escenas dramáticas (sobre todo con muchos "gongs"). Existían cuatro tipos definidos de personajes: hombres (sheng), mujeres (dan), rostros pintados (jing) y payasos (chou), cada uno de ellos con una simbología y función concreta.
Aunque el género dio lugar a muchos estilos regionales, la temática era esencialmente la misma: enseñanzas budistas al principio, para pasar a romances y cantos épicos (muy famoso era el referente a Liu Bang y Xian Yu, ver post anterior).
India: Mediador entre los hombres y los dioses
No se sabe a ciencia cierta si el teatro de sombras que se dio en la India, Tailandia e Indonesia procede de China o tuvo una evolución independiente. Existen grandes diferencias, como el tamaño de las marionetas (en India era normalmente humano, pero el tamaño mostraba el rango social del personaje), y su menor capacidad de articulación. Los materiales usados eran de color y translúcidos, dando un aspecto mucho más colorido e irreal.
Este efecto onírico tal vez haya influido en su significado final. En la región índica, el teatro de sombras era el principal medio de expresión de lo sobrenatural, muy usado para la difusión de la literatura mítica hindú, el Ramayana y el Mahabharata. Las representaciones llegaban a ser consideradas como ritos con el poder de traer la lluvia y curar a los enfermos y poseídos.
En la India, el oficio de marionetista era algo hereditario, y casi sagrado. Familias enteras de titiriteros ambulantes se encargaban de la construcción de marionetas y representación de las obras, siendo vistos como una especie de sacerdotes. Actualmente el teatro de sombras indio está en plena regresión, excepto el Wayang Kulit en Java, que goza de un estatus oficial de protección.
Turquía: Sátira política
Posiblemente traído a Persia y Oriente Medio por las conquistas de Gengis Khan, el teatro de sombras turco tiene influencias del chino. Sin embargo, por su intenso colorido, se acepta comúnmente que viene del antiguo Egipto y de Java, con influencias de la filosofía griega.
Los personajes representados evolucionan hasta tener una simbología muy definida, apareciendo los mismos en todas las obras. Destacan Karagoz y Hacivat (el uno son su sentido común y el otro con su cultura), la cortesana Sitt al Husyn (que representa el amor) y el médico Mustafá (que simboliza el poder y la corrupción). El sentido era principalmente satírico y didáctico.
Descrito más antiguamente por Ibn Danyal en El Cairo, durante el siglo XVI se difunde por el Imperio Otomano. Allí gozaba de gran popularidad, especialmente en los cafés turcos durante el mes de Ramadán y en fiestas musulmanas. Sin embargo, pocas veces tenía un significado religioso, sino que reflejaba problemas sociales de actualidad, siempre desde una perspectiva humorística. Era, digamos, el periódico cotidiano de la época.